Hago un pequeño paréntesis en el blog, sin ánimo de ofender a nadie, ni mucho menos, para contaros lo que fue mi noche del jueves al viernes de Semana Santa.
Tenía una gran curiosidad por ir a Valverde de la Vera. Un pueblo de Cáceres, bajo la Sierra de Gredos (por la que tantas veces me he perdido) y a orillas del río Tiétar. En él la noche del Jueves al Viernes de Semana Santa se dan cita los "Empalaos". Una representación del Vía Crucis que siguió Jesús camino del Calvario. En éste camino los hombres del pueblo, que previamente han hecho una promesa se atan a un madero, con cuerdas de esparto. Y descalzos, con unas enaguas, una corona de espinas y dos espadas cruzadas en la espalda van por las calles del pueblo haciendo su penitencia. Las mujeres que han hecho promesas se visten con una túnica morada y portan una cruz de madera. Al igual que los empalaos caminan descalzas.
Cada vez que llegan a una de las cruces, en total 14, unos y otras se arrodillan. Lo mismo hacen cuando entre ellos se cruzan. Van acompañados por una persona de confianza, que porta un candil de aceite, ataviado con una manta, que les va guiando y les ayudarán a levantarse y continuar el camino en cas de que los penitentens se queden sin fuerzas.
A simple vista la idea es súper atractiva. Un pueblo precioso, a las 12 de la noche, inundado por el silencio de una gran cantidad de curiosos, turistas, que se agolpan para verlo... Tiene buena pinta.
Y mejor verlo que contarlo...